De informática y barbacoas

Durante las conversaciones que hemos sostenido estos últimos dos años con postulantes (y muchos de ellos ahora alumnos) del grado de Ingeniería Informática de la Universidad Europea del Atlántico, además del altísimo interés por la carrera también pude darme cuenta que hay una fuerte asociación de la Ingeniería Informática con la Programación. Cosa que es buena porque la programación es parte medular de esta disciplina, pero no es la única, ni tampoco en la que debamos concentrarnos más. O por lo menos no más que en otras partes.

Fué durante uno de estos coloquios, intentando hacer llegar el mensaje de un modo sencillo, que surgió una asociación libre muy interesante la cual acuñé lúdicamente bajo el título de parábola de la barbacoa:

Supongamos que nos apetece hacer una barbacoa. El hecho de querer hacerla ya es una idea de partida. Hemos de tener en cuenta una serie de consideraciones como por ejemplo cuándo la haremos, adónde la haremos, a quiénes vamos a invitar. Habrá que avisar a los invitados para consultar su disponibilidad (y de ser necesario ajustar el cuándo y el dónde). Con el sitio y los invitados en mente toca pensar en lo que vamos a preparar: habrá que hacer una lista de lo que hace falta y, con la debida antelación, acercarnos al centro comercial para las compras respectivas. Llegado el día preparamos el lugar, vamos esperando y recibiendo a los invitados, vamos encendiendo las brasas, esperamos al momento de comer.

Y recién aquí es cuando hacemos la barbacoa…

Barbacoa time! :)

Hecho esto, vamos sirviendo (seguro que alguien nos ayuda) y procedemos a comer acompañados de una buena charla y la sobremesa. Seguro que mas de uno querrá repetir, y así se nos pasa el tiempo hasta que termina la reunión y es hora de recoger todo, mientras vamos haciendo un repaso mental del evento: nos queda lo bueno y lo que podríamos mejorar para la próxima.

Si nos fijamos, mientras describíamos lo que viene a nuestra mente cuando pensamos en todo lo que implica una barbacoa, hemos repasado un conjunto heterogéneo de actividades en los que la barbacoa-en-sí solo ha sido el momento que estabamos frente a las brasas. Normalmente 20 o 30 minutos de un período de tiempo total (desde la idea inicial hasta el lavar los platos del final) seguro que no menor a uno o dos días.

Múltiples actividades y, sin embargo, se le llama barbacoa.

Pues algo parecido pasa con la Ingeniería Informática: aunque es habitual asociarla únicamente a programación, lo cierto es que trae muchos más conceptos que el mero hecho de programar. Implica detección de necesidades, priorización del orden y pertinencia para resolverlas, captación de requisitos, análisis del problema, diseño de una o varias soluciones, desarrollo (aquí sí, programación, aunque no solo eso), pruebas, puesta en marcha o implementación, mantenimiento, seguimiento y control, reingenierías y vuelta a empezar…

Este enfoque, así comentado y entendido, resulta más importante de lo que parece teniendo en cuenta que en la universidad tomamos como modelo la estructura del grado de «Software Engineering» que se desarrolla en los Estados Unidos, adecuando el contenido de los cursos para que sea equivalente y reconocida en la Unión Europea, correspondiéndose a la rama de tecnología específica de Ingeniería del Software.

Y en esta Ingeniería del Software el programar es una actividad que forma parte de un proceso más amplio, proceso que es necesario entender y dimensionar en su correcta medida, en su adecuado momento y -sobre todo- en su aporte de valor a la solución completa que estamos planteando.

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