¡No! ¡Aún no me lo creo!
Me cuesta asumir que Rick Wright, el tímido tecladista de Pink Floyd haya partido… Y es que realmente no hay día en el que alguno de sus acordes toque mi alma.
¿Cómo te fuiste? Hay partidas que uno espera. A las que suavemente la vida te va preparando y que cuando llegan, pues eso… llegan.
Pero las inesperadas son las más brutales. Y se te antojan injustas. ¿Porqué tú?
No se que más decir… que más escribir…
Quizá mejor recordar con respeto, cariño y admiración una de sus (muchas) obras maestras: Celestial Voices, cuarto movimiento -y última parte- de A Saucerful of Secrets… la progresión de acordes más bellos que he oido en mi vida.
Descanza en paz, Rick…