Retomamos el pseudovicio autoobligado

Aprovechando el internet en casa, vamos a intentar -por enésima vez- mantener algo escrito en el «blog de notas» que hace ya regular tiempo intentamos mantener (circa 2001) a pesar que en esa época nadie creía en los blogs sino al contrario: pensaban que se trataba de exhibicionistas solitarios en la soledad de una oficina…

Desempolvando viejas teorías, me doy cuenta que muchas de ellas aún son válidas. Más aún: muchas de ellas son más válidas que nunca. Obviamente mi querido lector no te diré cuales son, pero baste con decir que intentaré hacer lo mismo que hace 7 u 8 años: vamos a convertir algo de la materia gris en bienes de consumo. Aunque ahora hay un poco más de experiencia -a favor- y prejuicios -en contra-. Sin embargo el balance es bueno: casado y con una estabilidad que hace mucho no tenía, veremos de razonar a favor de la corriente, o ir en zig-zag, que es como hacen los marineros sabios (que curiosamente siempre llegaban a buen puerto).

Y para terminar, una frase relativa al maestro:

A partir de su trabajo en El salmón, Calamaro se manifiesta a favor de la libre circulación de canciones por la red. «La música es de los que la quieren escuchar y de nadie más», afirmaba hasta el hartazgo el compositor.

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